El mercado de las telecomunicaciones en España vive una extraña paradoja. Mientras los grandes gigantes como Movistar y MasOrange intentan cerrar el grifo de las ofertas agresivas (aplicando subidas de precios o eliminando tarifas baratas en sus segundas marcas como O2, Simyo o Jazztel), en el subsuelo del mercado se está gestando una revolución silenciosa. La guerra del low cost no ha terminado; simplemente ha cambiado de armas y de estrategas.
Lo que está en juego ahora no es solo quién te vende la fibra, sino quién es dueño de los cables y las antenas que hacen que todo funcione. En este contexto, Onivia, un operador neutro que hasta ahora solo ofrecía servicios de fibra mayorista, ha decidido dar un golpe sobre la mesa.
Su objetivo es claro: convertirse en una alternativa real para que cualquier compañía pequeña pueda ofrecerte un paquete completo de internet y móvil sin tener que negociar con los gigantes de siempre. Y para lograrlo, según avanza el diario Expansión, ha encontrado un aliado necesario: la nueva Vodafone de Zegona.
El movimiento estratégico: Vodafone abre sus puertas y Onivia se hace "total"
Para entender la magnitud de este acuerdo, primero hay que entender qué es Onivia. Imagina una empresa que se dedica a construir y mantener autopistas (la fibra óptica), pero que no tiene coches propios (clientes finales). Su negocio es cobrar peaje a las operadoras que sí tienen clientes.
Hasta ahora, Onivia era un gigante de la fibra, pero le faltaba una pata fundamental para competir en el mercado actual: la red móvil. Sin móvil, es más difícil vender servicios a operadores que necesitan ofrecer el famoso paquete convergente (fibra + móvil) para sobrevivir.
Aquí es donde entra Vodafone. En un movimiento de pragmatismo comercial absoluto, la operadora controlada por el fondo Zegona ha decidido abrir su red móvil a Onivia. Este acuerdo mayorista permitiría a Onivia dejar de ser solo un proveedor de "cables" para convertirse en un proveedor integral. En la práctica, esto significa que cualquier operador virtual o local que contrate a Onivia podrá ofrecer ahora servicios móviles bajo un mismo contrato, simplificando enormemente su operativa y abaratando costes.
Pero el acuerdo no es unidireccional; es un intercambio de cromos en toda regla. Vodafone no solo gana dinero alquilando su red móvil (una de las obsesiones de Zegona para rentabilizar la infraestructura), sino que también consigue acceso a la red de fibra de Onivia en poblaciones pequeñas donde el operador rojo no tenía presencia. Es una simbiosis clásica: Onivia gana producto (móvil) y Vodafone gana alcance (fibra rural) sin tener que gastar millones en abrir zanjas.
Un gigante de 18 millones de hogares: el baile de las 'Fibercos'
La segunda clave de este pacto es puramente territorial y numérica. El mercado de la fibra en España se ha fragmentado en diversas sociedades de infraestructura (conocidas como fibercos), y Onivia ha sabido jugar sus cartas para unificar una huella gigantesca. Gracias a su alianza con Vodafone, Onivia no solo accede a la red móvil, sino que también podrá comercializar el acceso a dos redes de fibra masivas donde Vodafone tiene participación: PremiumFiber y Fiberpass.
Para no perdernos en la sopa de siglas: PremiumFiber es una red controlada mayoritariamente por MasOrange, y Fiberpass está vinculada a Telefónica, pero en ambas Vodafone mantiene una participación que ahora hace valer. Al sumar estos activos, Onivia pasa de tener acceso a unos 10 millones de hogares a alcanzar una huella comercializable de 18 millones de unidades inmobiliarias. Aunque existe solapamiento entre redes (hay edificios donde llegan los cables de todos), el salto efectivo es de casi 8 millones de nuevos hogares.
Esto posiciona a Onivia, propiedad de fondos internacionales como Macquarie, Aberdeen y Arjun, como un "supermayorista". Para el usuario final, aunque la marca Onivia le resulte invisible, esto es una excelente noticia. Significa que en 18 millones de hogares habrá más competencia real, ya que más operadores pequeños podrán "alquilar" esa red para ofrecerte servicios, rompiendo el duopolio o tripolio que suele existir en muchas zonas de España. Y es algo que también beneficia a Digi, que podrá aumentar su cobertura de fibra Smart más rápidamente.
¿Qué significa esto para tu bolsillo?
La consecuencia directa de este movimiento es que la presión competitiva va a aumentar, justo cuando los grandes intentaban relajarla. Al facilitar que operadores medianos y locales tengan acceso fácil a un paquete de "Fibra de calidad + Móvil 5G", Onivia está eliminando barreras de entrada. Ya no hace falta ser un gigante para ofrecer un servicio convergente robusto.
Esto valida la estrategia de la nueva Vodafone: monetizarlo todo. Lejos de guardar su red con celo, Zegona ha entendido que tener las antenas vacías es perder dinero. Al convertirse en socio de referencia de Onivia, se asegura un flujo de ingresos constante proveniente de sus rivales. Es una estrategia arriesgada (estás alimentando a quien te puede robar clientes), pero necesaria para una compañía que necesita generar caja rápidamente.
En el corto y medio plazo, es probable que veamos surgir o reforzarse ofertas de operadores alternativos con precios muy ajustados, utilizando la cobertura de Vodafone y la fibra gestionada por Onivia. Mientras Movistar y MasOrange intentan subir el ticket medio de sus clientes, este "bloque" rebelde se prepara para recoger a todos los usuarios que huyen de las subidas de precio, garantizando que la guerra comercial en España tenga cuerda para rato.
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