Laura Sacristán
Editor SeniorEn 2023, el Gobierno adjudicó una cuantiosa ayuda a Hispasat (ahora en manos de Indra) para proveer de conectividad vía satélite a aquellas zonas de la España rural donde no llegaba la fibra. El objetivo era que toda la población española pudiera tener en 2025 una conexión de al menos 100 Mbps.
En junio de aquel año, Hispasat puso en marcha su servicio de banda ancha vía satélite a 100 Mbps por 35 euros al mes mediante acuerdos con distintos operadores, que eran los encargados de comercializarlo. Más tarde, duplicaron la velocidad a 200 Mbps. Querían llegar a más de un millón de hogares y empresas, pero dos años y medio después, apenas han hecho 11.500 instalaciones.
El papel clave de los operadores minoristas
Nada menos que 76,3 millones de euros en ayudas fue lo que recibió Hispasat en la convocatoria UNICO-Demanda Rural de 2023. Con ello, se pretendía garantizar una conexión de banda ancha vía satélite de un mínimo de 200 Mbps en aquellas zonas donde aún no podían acceder a redes de al menos 50 Mpbs.
Imagen: Conectate35
Bajo el proyecto Conectate35, se fijó una tarifa regulada de 35 euros al mes que podía contratarse a través de las operadoras que hubieran suscrito un acuerdo con Hispasat. Movistar es una de ellas, pero no la única, hay más de 30 operadores adheridos que cubren todas las zonas elegibles del proyecto.
Por explicarlo de forma sencilla, Hispasat realiza la función de operador mayorista proporcionando la conectividad vía satélite, mientras que los operadores minoristas son los responsables de realizar la instalación y proveer el servicio a los usuarios finales del programa. Pero el negocio para estos últimos no era muy rentable.
De los 35 euros al mes (impuestos incluidos) que le cobra al usuario, el operador debe pagar a Hispasat 16,68 euros al mes (impuestos no incluidos) por cada servicio contratado. Además, debe asumir los costes de equipamiento, instalación y la configuración del servicio, que están subvencionados hasta un máximo de 600 euros, para solicitar su abono posteriormente a Hispasat y no repercutir ningún coste al usuario final.
No se ha cumplido ni un 1% del objetivo
El objetivo era que toda la población de España tuviera acceso a redes de 100 Mbps en 2025, de manera que este proyecto cubriría hasta 1,3 millones de hogares y empresas. Pero dos años y medio después de su lanzamiento, sólo se han realizado 11.486 instalaciones. ¿A qué se debe este fracaso?
En primer lugar, Eurona iba a ser la principal instaladora del servicio (se calculaba que un 65% de las altas serían suyas), pero entró en concurso de acreedores. Por otro lado, las grandes operadoras no han promocionado el servicio, sino que, como indican en Cinco Días, han preferido impulsar sus soluciones de fibra o 5G rural. Telefónica, sin ir más lejos, apenas ha supuesto el 10% de las altas.
Y por si fuera poco, tenemos la competencia de Starlink, que actualmente ofrece mejores velocidades y menor latencia a un precio más bajo. La combinación de todo ello ha provocado que Hispasat haya tenido que devolver 22 millones de euros del total de ayudas públicas, aunque el proyecto se extiende hasta 2027.
Imagen de portada | Hispasat
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