Con la aprobación de la Ley General de Telecomunicaciones, y más recientemente con la ley SAC, pensábamos que el acoso telefónico tenía los días contados. Sin embargo, la OCU ha lanzado un jarro de agua fría sobre esas expectativas: las leyes son solo un pequeño avance. Según la organización, el fin de las llamadas comerciales no va a llegar todavía, así que tocará seguir bloqueándolas hasta que se implementen medidas más efectivas. ¿De qué parte? Tanto la legislación como los operadores están trabajando en ello.
La trampa del consentimiento y huecos legales. Aunque la normativa establece que los contratos cerrados mediante llamadas no solicitadas pueden ser nulos, la realidad es insistente: el 99% de los españoles sigue recibiendo estas comunicaciones.
¿Por qué? Porque existen resquicios que las empresas aprovechan: como el consentimiento previo, camuflado en la letra pequeña de otros contratos. O bien porque les sale rentable incumplir la norma por la falta de inspecciones.
De hecho, la propia OCU reclama medidas más drásticas, como numeraciones especiales o herramientas para revocar permisos fácilmente. Es algo similar a lo que ya intentan paliar iniciativas como la Lista Robinson, que aunque te apuntes, a veces no basta para detener la "lluvia" de llamadas.
Madrid... o Nepal. Otro factor clave que explica el fracaso es la internacionalización de estas comunicaciones. Al endurecerse la ley en España, el spam está llegando desde otras centralitas. Es un fenómeno reconocido: el móvil no para de recibir llamadas de países ajenos, convirtiendo la lista de llamadas recientes en un pasaporte lleno de sellos de lugares como Chipre o Italia, e incluso Nepal. ¿Te es familiar?
Los operadores toman el mando. Ante este escenario de saturación, las telecos han decidido no esperar más al BOE y actuar por su cuenta. Un ejemplo claro es el movimiento reciente de MasOrange y su «Llamada invisible»: un sistema de identificación de spam integrado en la red para todos sus clientes. La iniciativa del operador naranja ha abierto la veda para que otros muevan ficha.
Telefónica, ya aplica bloqueos a nivel de red para llamadas internacionales con numeración nacional falsa, una técnica de spoofing muy común. Es la respuesta del sector privado a una pregunta que muchos nos hacemos: no es solo por qué recibimos tantas llamadas, sino qué están haciendo las compañías para evitarlo más allá de esperar a que una legislación funcione.
Imagen de portada | Pepu Ricca para Xataka (con edición)
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