La carga rápida plantea un interesante debate: si queremos que siga aumentando, los miliamperios saldrán perjudicados

La carga rápida plantea un interesante debate: si queremos que siga aumentando, los miliamperios saldrán perjudicados

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La carga rápida plantea un interesante debate: si queremos que siga aumentando, los miliamperios saldrán perjudicados

¿Qué prefieres, un móvil con muchos miliamperios y carga más lenta o un móvil con pocos miliamperios y carga rápida? Contar con las dos posibilidades sería sin duda el mayor logro, y móviles como el Legion Phone Duel, con 90W y 5.000mAh, parecen cumplirlo. No obstante, si afinamos aún más, nos damos cuenta de que los miliamperios no han crecido tanto durante los últimos años, y que cifras como los 5.000mAh llevan con nosotros desde hace mucho tiempo.

Aparte del espacio físico que ocupan las baterías de gran capacidad, hay una razón para que estas no sigan creciendo: la carga rápida. Por las propiedades físicas de las baterías de litio, si queremos que la carga rápida siga mejorando, los miliamperios no aumentarán a lo largo de los años.

El punto "débil" en una batería con carga rápida

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Todas las baterías de litio tienen un polo positivo, uno negativo y una barrera que los separa. Imagen: Culturacientífica

Para entender qué relación hay entre las baterías con tecnología de carga rápida y sus miliamperios, tenemos que entender, al menos de forma básica, cómo funciona una batería de litio. Todas las baterías de litio tienen un mismo esquema fundamental: un cátodo o electrodo negativo, un ánodo o electrodo positivo y un electrolito. En cuentas aún más resumidas, un polo positivo, un polo negativo y un electrolito. Este electrolito actúa como separador entre el cátodo y el ánodo, permitiendo mantener el equilibrio entre la carga.

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Al cargar la batería, los electrones pasan de un polo a otro, y el electrolito se encarga de que la energía se traslade de un lado a otro sin problemas. Imagen: Mrwhosetheboss

Cuando la batería se encuentra cargada, el polo negativo está cargado de electrones, y conforme se va desgastando, estos abandonan el cátodo para pasar al polo positivo. Cuando cargamos un teléfono estamos "rellenando" el negativo a través de una fuente de energía externa, en la mayoría de los casos, la red eléctrica. Esto provoca que los iones de litio pasen de un polo a otro, y cuando el flujo de energía cesa, significa que la batería ya estará cargada.

El punto clave es que, si queremos que una batería soporte carga rápida, el separador será más grande, por lo que habrá menos posibilidades de que tenga una gran cantidad de miliamperios.

La clave aquí es el elemento que separa el cátodo del ánodo: cuanto mayor es la velocidad de carga, más grueso debe ser el separador, lo que restará espacio físico a la batería.

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A la derecha, tamaño del elemento separador en una batería con carga rápida. Imagen: Asus

Para que este proceso sea posible, como hemos adelantado, hace falta la presencia de un tercer actor además de los polos positivo y negativo: el electrolito. Este se encarga de separar el ánodo del cátodo, y mantiene el equilibrio entre las cargas para que no estén descompensadas.

Cuanto más rápida es la velocidad de carga, más grueso debe ser este separador, y cuanto más grueso es el separador, menos volumen disponible dentro de la batería. Esto se traduce en que, en las mismas dimensiones, no podemos introducir los mismos miliamperios si queremos carga rápida.

El impacto sobre los miliamperios

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El gigantesco Xiaomi Mi 10 Ultra "tan solo" tiene 4.500mAh.

Si echamos un vistazo a la carga rápida más rápida del mundo, la de 125W de OPPO, vemos que se ha pensado para una batería de 4.000mAh. Le sigue de cerca el Xiaomi Mi 10 Ultra, con carga rápida de 120W y batería de 4.500mAh. A priori nos puede parecer que son buenas capacidades, pero si los ponemos en contexto con el tamaño de los móviles actuales, vemos que no lo es tanto.

A día de hoy tenemos móviles grandes baterías, pero si los ponemos en contexto con móviles más pequeños de los últimos años, vemos cómo no ha habido evolución en miliamperios

Por ejemplo, dicho Xiaomi Mi 10 Ultra (por hablar del actual campeón en relación carga y batería) es un móvil con 16,2 centímetros de alto y un grosor de 9,5mm: hay móviles más pequeños, de hace bastantes años, con más batería.

  • Lenovo P2: 5.100mAh, 15,3cm de alto, 8,3mm de grosor, año 2016.
  • Motorola E4 Plus: 5.000mAh, 15,5cm de alto, 9,6mm de grosor, año 2017.
  • Asus Zenfone 4 Max: 5.000mAh, 15,4cm de alto, 8,9mm de grosor, año 2017.
  • Alcatel Pixi 4 Plus Power: 5.000mAh, 15,2cm de alto, 9,9mm de grosor, año 2016.

Como podemos ver, los 5.000mAh llevan con nosotros desde hace más de 4 años, y cabían en móviles de unos 15 centímetros de alto. A día de hoy, con estándares de 6,5 y 6,67 pulgadas que se traducen en móviles de más de 16 centímetros de alto, la industria no ha seguido aumentando los miliamperios, pese al mayor espacio físico del que se dispone (también ha influido el tamaño de los sensores fotográficos, aumento del número de cámaras y demás componentes, claro está).

M31

Si nos fijamos en algunos terminales loables a nivel de miliamperios, encontramos el Samsung Galaxy M31 con 6.000mAh y carga rápida de tan solo 15W, el Galaxy M51 con 7.000mAh y carga de 25W, el Realme C15 con batería de 6.000mAh y 18W, o el esperado Realme Narzo 20, al cual se le espera con 6.000mAh y carga de 18W.

Se pone así sobre la mesa que si queremos que la carga rápida siga aumentando, las capacidades de la batería no pueden hacerlo. La evolución en carga rápida ha sido asombrosa en los últimos años, pero mantenemos los mismos miliamperios de hace unos años

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