«¿Y qué me decís de esta moda de hablar con el móvil como si te estuvieses comiendo una tostada?». Si te has reído al leer esto, es porque sabes perfectamente de lo que estamos hablando e incluso te sientes identificado. La comunicación mediante notas de audio ha tomado mucha relevancia en los últimos tiempos y todos somos partícipes de ello independientemente de que seamos quien las manda o quien las recibe.
A diario vemos gente en el metro o caminando por la calle utilizando esta herramienta, pero no todo el mundo ha sucumbido a sus encantos. Y es que las notas de audio son de esas cosas en la vida que causan división de opiniones, las amas o las odias.
Del "TKM" a las notas de voz
Esto de la mensajería instantánea nació con los SMS, los cuales formaron parte de nuestras vidas durante muchos años hasta que la mensajería instantánea como tal hizo su aparición. Llegó la comunicación sin restricciones, gratuita, llegó WhatsApp y los SMS pasaron a un plano completamente secundario.
WhatsApp nació en 2009 como una aplicación para iPhone. Pero su verdadero despliegue y en consecuencia desbanque del trono a los SMS, llegó en 2010 con su aterrizaje en móviles Android. La aplicación por aquel entonces no era todo lo segura que debería, incluso fue retirada de la App Store por este motivo durante una temporada, pero aún así consiguió hacerse un hueco entre nosotros al que le siguieron el resto de aplicaciones de mensajería instantánea que más utilizamos hoy en día.
Las notas de audio se incorporaron por primera vez en WhatsApp en agosto de 2013 aunque otra aplicación coetánea (y ahora extinta), ChatOn, las incorporó meses antes. Las apps más utilizadas a día de hoy también acogieron dicha función. Desde WhatsApp hasta Telegram, pasando por Facebook Messenger, la posibilidad de enviar notas de audio ha existido casi desde el comienzo, pero en algunos casos han evolucionado o incluido mejoras que facilitan su uso.
Por ejemplo, Telegram subió un peldaño el concepto de este tipo de mensajes incorporando una herramienta para realizar notas de vídeo. WhatsApp por su parte, está incluyendo últimamente bastantes novedades que facilitan el uso de esta herramienta como la de bloquear el botón para que no tengan que dejarlo pulsado prolongadamente o escucharlas antes de enviarlas.
Por otro lado, también existen herramientas que permiten transcribir los mensajes de voz a texto, como los asistentes virtuales o los bots de Telegram. Con ellas, fans y detractores de las notas de audio pueden vivir en perfecta armonía, ya que es posible mandar los mensajes en formato voz y que éstos sean recibidos por nuestro interlocutor como texto.
Y hablando de ser partidario o no de las notas de audio, hemos preguntado a diferentes usuarios cuál es su opinión al respecto y nos hemos encontrado con una gran división de opiniones, con dos bandos claramente posicionados, aunque dentro de cada uno de ellos hay muchos elementos comunes.
«Todos nos mandamos audios, es más rápido»
Los mensajes de audio están adquiriendo mucha importancia, dejando casi en un segundo plano a la función original de las aplicaciones de mensajería instantánea, que a su vez relegaron a las llamadas de voz. Si bien es cierto que muchos usuarios las utilizan para mandar mensajes concretos en un momento puntual -bien porque no pueden perder el tiempo utilizando el teclado o porque tienen una de las manos ocupada- otros han establecido las notas de audio como un modo sistemático de comunicarse.
Ante la pregunta de por qué prefieren mandar notas de audio antes que mandar mensajes escritos hay casi unanimidad de respuestas entre los usuarios preguntados. David (30) asegura que «el motivo principal por el que prefiero mandar notas de audio es porque no pierdo la atención sobre otras cosas que estoy haciendo».
En el caso de Laura (16) los motivos son generacionales: «todos mis amigos nos mandamos audios, es más rápido y puedes hablar por la calle sin tener que mirar el móvil y arriesgarte a que te atropelle un coche».
Estos dos usuarios las utilizan a diario en todas sus comunicaciones pero también nos encontramos con otros perfiles más moderados, que las utilizan de manera puntual como es el caso de Elvira (53). Ella nos cuenta que utiliza las notas de audio cuando tiene que contar algo de manera rápida y sobre todo «solamente las utilizo con gente que sé que le gusta recibirlas». Este es un punto importante ya que mucha gente (como veremos a continuación) no le tiene tanto aprecio a las notas de audio.
David dice que respeta que haya gente que no le responda a sus audios con otros otros audios «sé que hay quien odia profundamente las notas de audio, aunque debo reconocer que prefiero recibirlas, ya que por mi trabajo paso muchas horas delante del ordenador, y el hecho de tener que parar lo que estoy haciendo para leer el mensaje entorpece mucho más que escuchar un audio».
Laura dice que no le importa que la gente no les responda con mensajes de audio, pero que ella sigue enviándolos: «a mi madre y a mi hermana les costaba un poco al principio pero al final se han terminado de acostumbrar y siempre hablamos así en WhatsApp».
Notas de audio que duran lo que un podcast
Decía uno de los usuarios que hay «quien odia profundamente recibirlos» y efectivamente hay gente así. Hemos hablado con Sandra (35) y su primera reflexión sobre las notas de audio es muy clara: «como todo en la vida, las notas de audio pueden ser una herramienta maravillosa siempre que se utilicen correctamente».
Sandra nos explica que por "correctamente" se entiende elegir bien el momento y el contenido ya que «utilizarlas como si de un walkie-talkie se tratase puede resultar desquiciante», especialmente si nuestro receptor no es un apasionado de las notas de audio como es su caso. Además señala que «en escribir "ok", "no" o "vale" se tarda prácticamente lo mismo que en pulsar el botón de audio y mandarlo por voz.»
Pero parece que la duración de las notas de audio también es una molestia para la usuaria, quien asegura que «he llegado a recibir notas de audio cuya duración se asemejaba más a la de un podcast y cuyo contenido se podría haber resumido en un 10% de ese tiempo, si la persona que lo mandaba no estuviera haciendo otras cosas mientras (y además narrándolas) mientras divagaba.»
«Pero si hay algo verdaderamente crispante de las notas de audio, es que la gente las escuche públicamente desde el altavoz externo del móvil, haciéndonos a todos partícipes de su contenido», añade. Quizás esto es en parte por desconocimiento, ya que mucha gente no sabe que se puede escucharlas desde el altavoz interno, poniéndose el móvil como si de una llamada telefónica se tratase.
Pese a estas puntualizaciones, Sandra asegura que utiliza en ocasiones las notas de audio para comunicarse por WhatsApp o Telegram, «las considero una herramienta muy útil» afirma, alegando motivos similares a los que señalaban los otros usuarios unas líneas más arriba como la comodidad o la rapidez. Sin embargo sí que hay quien reniega por completo de ellas y también tenemos su opinión al respecto.
Daniel (30) nos ha explicado que no solo no utiliza las notas de audio, sino que también odia recibirlas: «me parece que es como hablar en diferido, si quiero dar un mensaje corto lo escribo, si es urgente llamo, y si te quiero contar algo largo, te llamo también para recibir tu feedback.»
Daniel dice que mandar notas de audio es «como hacer un monólogo» dada la falta de interacción con tu interlocutor, algo en lo que también coincide Cristina (36). Ella asegura que no le gusta recibir notas de audio porque «si son muy largas tengo que distraerme de mi trabajo para escucharlas o incluso me ha pasado de darle al botón y que se reproduzca en alto delante de mis compañeros un mensaje comprometido. Pueden ser muy peligrosas para la intimidad».
Tanto Cristina como Daniel coinciden en que no les gusta recibir notas de audio y en que su "maniobra sutil" para que la persona que se las envía se dé cuenta de ello, es responder siempre con texto a los audios recibidos. En el caso de Daniel confiesa que «si la nota de audio supera el minuto de duración ni siquiera la reproduzco, si esa persona me quiere decir algo que me llame».
Nos guste o no, llegaron para quedarse
Tras ver la opinión de los usuarios a los que hemos preguntado y también la de muchos otros en las redes sociales, nos quedamos con la idea clara de que las notas de audio son de esas cosas que generan una clara visión de opiniones (como lo de la pizza con o sin piña).
Pero nos guste o no, las notas de audio seguirán -o no- implementándose como vía de comunicación y como todo, seguirán teniendo defensores y detractores. Nuestro entrevistado David lo sabe bien: «recuerdo cuando llegaron los primeros móviles y muchos amigos decían que jamás tendrían uno. Ahora todos aquellos que renegaban me mandan notas de voz a diario desde sus teléfonos móviles, así que nunca digas nunca».
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